Hidrocarburos y el “Efecto Rebote” en el 2021
Por: Hugo Javier Escorcia Palma
Director – Fundador
La mejor manera de predecir el futuro es creándolo, sino colocamos toda nuestra dedicación en ello, jamás llegaremos al futuro que deseamos, reza una frase de Peter Drucker. La paradoja de Jevons –“efecto rebote”- implica que la introducción de tecnologías con mayor eficiencia energética aumentan el consumo total de energía.
Si bien es cierto que el inicio de la vacunación puede considerarse como la luz al final del túnel, es también una realidad que la contracción promedio de la economía latinoamericana por las causas de la pandemia es del -7.7%, la mayor en 120 años, según señala la CEPAL. Este mismo organismo, calcula un crecimiento promedio de la región del 3.7% para el año que comienza.
En Colombia los graves impactos del Covid-19 en el crecimiento y el empleo comenzaron a atenuarse en la segunda mitad de 2020, cuando las medidas de distanciamiento se flexibilizaron de forma gradual. En el 3Q de 2020 la economía iniciaba su reactivación y aun así decreció un 9,0% anual. Las ramas de la economía con menores restricciones en su operación, como la agricultura, las actividades inmobiliarias y financieras, presentaron mejor desempeño que el comercio, la construcción y el sector minero-energético, este último colapso, se vió reflejado, en el caso de los hidrocarburos, en la reducción de la producción debido al cierre de los campos petroleros, el congelamiento de la actividad exploratoria y la consecuente caída de los niveles de inversión.
En términos de reactivación económica y “efecto rebote” en Colombia, los hidrocarburos son un pilote clave a incidir en la sumatoria total para la reactivación de la demanda y la inversión del sector privado, medidas que deben ser apalancadas en paralelo con la implementación de necesarias medidas jurídicas, fiscales o monetarias que deban ser tomadas por el gobierno nacional. Hay que recordar que, en medio de un entorno de transición energética, los hidrocarburos son el motor del encadenamiento productivo hacia adelante y hacia atrás.
El gas jugará un papel muy importante en la transición energética y la ejecución de los proyectos de “fracking”, anunciados en 2020 por la ANH, se les debe imprimir el sello que los caracterice como: Proyectos de Interés Nacional. Así mismo, la monetización de los proyectos gasíferos de Ecopetrol en el “offshore” Caribe, merecen ser puestos en marcha, para recuperar el tiempo perdido, siempre con el objetivo estratégico de la seguridad energética del país, y así, espantar de una vez el fantasma de la importación de hidrocarburos, que dicho sea de paso, es un palo en la rueda cuando se habla de inversiones en proyectos productivos de gran escala.
El país ha dado los primeros pasos en la transformación de la matriz energética, la adecuada descarbonización de ella, nos llevará a crecer con empleo de calidad, reducir la huella ambiental e impulsar la innovación tecnológica impactando positivamente el PIB en un entorno de sostenibilidad, estos son los grandes desafíos de la década.
Si estamos convencidos de esto, las carencias derivadas de la pandemia tendrán una razón de ser ya que nos llevaron a reflexionar e impulsar políticas donde prevalezca el interés de la Nación. ¡Gobierno, gremios, sociedad civil tienen la palabra!